jueves, 9 de mayo de 2013

A quien le quepa el saco..

- ¡Camaradas! ¡Atención, camaradas! - chilló una voz de acento juvenil -. ¡Vamos a transmitir una noticia realmente sensacional! ¡Hemos ganado la batalla de la producción! Los datos completos que nos acaban de llegar relativos a la producción de artículos de consumo revelan que el nivel de vida se ha elevado nada menos que en un 20 por ciento con relación al año anterior. En toda Oceanía se realizaron hoy manifestaciones espontáneas en que los obreros, abandonando fábricas y talleres, se lanzaron a la calle con banderas desplegadas como expresión de gratitud al Hermano Grande por esta nueva y venturosa vida que debemos a su conducción maestra. A continuación, algunos resultados definitivos. Productos alimenticios...
Lo de "nueva y venturosa vida" se repitió varias veces. De un tiempo a esa parte, venía siendo la expresión predilecta del Ministerio de la Abundancia. Parsons, todo oídos desde el toque de atención, escuchaba con la boca abierta y un solemne y ejemplar aire de aburrimiento. Imposibilitado de seguir paso a paso la retahíla de cifras y datos, parecía percibir en ellos un motivo mas de íntima complacencia. Acababa de sacar de su bolsillo una enorme y maloliente pipa, medio llena de tabaco carbonizado. Con la ración de tabaco a 100 gramos por semana, no estaban las cosas como para darse el lujo de llenar la pipa hasta el tope. Fumaba Winston un cigarrillo de la Victoria que sostenía en posición horizontal a fin de que tardara algo mas en consumirse, pues la ración semanal no se distribuiría hasta el día siguiente y apenas le quedaban cuatro cigarrillos. En esos momentos tenía los oídos taponados para todo lo que no fuera difundido por la telepantalla. Según noticias, habíanse organizado grandiosas manifestaciones para expresar gratitud al Hermano Grande por haber aumentado la ración de chocolate a veinte gramos por semana. Y no fue sino ayer -pensó Winston- que se anunció su reducción de treinta a veinte gramos. ¿Cómo era posible que la gente tragara tanta mistificación y olvidara lo dicho hacía apenas 24 horas? Pero se lo tragaban. Y entre ellos Parsons, con su habitual estolidez de bruto irracional. Y también se lo tragaba aquel sujeto sin ojos sentado en la otra mesa, anhelando furioso poder denunciar y evaporar a quien se atreviera a afirmar que una semana antes la ración de chocolate era de treinta gramos. Y se lo tragaba Syme, aunque de un modo más complejo que implicaba el proceso de doble pensar. Pero entonces: ¿era Winston el único entre todos que conservaba la facultad de recordar?
- 1984 (fragmento) - George Orwell


¿No es como una metáfora de la Argentina de hoy? Y eso que la novela fué escrita en 1949. En fin, como dice el título.. A quien le quepa el saco, que se lo ponga.